la naturaleza, fuerza de vida
Hoy es un día gris, frío y lluvioso, muy lluvioso.
Es sábado y me he levantado más tarde de lo habitual y con menos energía de lo habitual.
Tenía ganas de ver el mar, he comprado el periódico y he ido a desayunar a un bar que hay en la playa de Ereaga, en Getxo.
Ver el mar siempre me recarga, pero hoy especialmente. Un día que diríamos desagradable o muy desagradable, ha resultado ser una experiencia energetizante.
Tras un par de cafés, he cogido un paraguas grande y he empezado a andar por el paseo de la playa, donde me habré cruzado con cuatro o cinco personas. En el mar, unos cuantos veleros y en la playa, una docena de chicos y chicas jugando al frisbee, sin ningún miedo a la lluvia.
He disfrutado del frío en la cara, del rugido del mar, del precioso gris azulado uniendo el cielo y el mar, me he calado las botas y los pantalones, pero me he despertado, me he despertado a la vida.
leave a comment